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domingo, 28 de abril de 2013


Participación Ciudadana


"La participación responde a una progresiva democratización de las formas de relación, toma de decisiones y ordenación de la vida pública en todos los niveles institucionales" (Marí Ytarte, R) 

Como educadores sociales no debemos dejar de lado a la hora de trabajar a los ciudadanos puesto que de hecho, son los principales agentes para su educación. Es necesario que participen y como educadores debemos crear espacios donde se de visibilidad a las iniciativas de colectivos y entidades locales lo que les ayude en su formación y en el desarrollo de sus actividades. 

lunes, 22 de abril de 2013

Funciones del Educador Social en el ámbito del municipio. (Marí Ytarte, R)


Podemos definir las funciones del educador y la educadora social en el ámbito municipal como:

1.    La mediación social y cultural. Se refiere a la función de movilizar los recursos de la  comunidad, generar procesos de encuentro y colaboración entre instituciones, colectivos e individuos y promover el acceso a la educación y a la ciudadanía del conjunto de la población.
2.    La formación cultural y artística. Poner en marcha proyectos educativos y de formación relacionados con la difusión y la creación cultural e impulsar una oferta educativa diversificada y de calidad para todas la edades y sectores de población.
3.      La gestión de equipamientos socioculturales. Diseñar y coordinar el trabajo de los diferentes equipamientos socioculturales de la ciudad y al mismo tiempo potenciar su trabajo en red, los procesos de comunicación entre ellos y su actividad coordinada.
4.      La promoción de redes ciudadanas que favorezcan la inclusión y la participación social, den visibilidad a las iniciativas de colectivos y entidades locales y las ayuden en su formación técnica y en el desarrollo de sus actividades. Supone también una función de relación con las diferentes instituciones del municipio y de promover la colaboración entre ellas.
5.      El desarrollo de proyectos educativos y culturales. Una función de coordinación y apoyo a la puesta en marcha de proyectos de acción local en el campo educativo, que de un valor central a la cultura y a la promoción y valorización de los recursos y agentes culturales del municipio. En esta función le compete también la búsqueda de recursos humanos y materiales para la realización de proyectos.
6.      La articulación de lo local y lo global. El educador se convierte en un facilitador de conocimientos, información y recursos para el municipio y sus entidades. Centrándose en situar al propio municipio en las redes intermunicipales existentes y promoviendo la acción cultural fuera del municipio, al mismo tiempo que acercando a la población recursos culturales y educativos punteros.
7.      La proyección cultural de la ciudad. Favoreciendo la visibilidad cultural y turística del municipio a través de la realización de proyectos culturales y coordinando la actuación de artistas locales y amateurs para su promoción y realización artística y cultural en el exterior.

viernes, 19 de abril de 2013

"La ciudadanía pasa por la capacidad de pensar" (Marí Ytarte, R. 2013)



Como educadores sociales debemos enseñar la Cultura Social; debemos enseñar que como ciudadanos no somos siervos, debemos mostrar que hay que pensar la vida humana desde la justicia y la dignidad. Hay que defender unos valores y principios tales como la ciudadanía y la participación social. Esto implica una responsabilidad individual y comunitaria. 

martes, 16 de abril de 2013

"La cultura para los pobres no puede ser una pobre cultura"

La siguiente entrada se encuentra dentro del I bloque del tema 2. Espacios Institucionales y Educación. Concretamente en esta entrada nos centramos en como los Espacios Institucionales y la música sirven como herramienta para escapar de lo marginal.

"La Tierra de las mil Orquestas" narra como en Venezuela mediante un Sistema Nacional de Orquestas, Abreu (su fundador) comenzó a posibilitar la integración social de miles de niños y jóvenes, los cuales estaban inmersos en una gran marginalidad, mediante la música clásica. En un primer momento comenzaron unos pocos pero al cabo del tiempo se ha conseguido sacar del foco de la pobreza y la exclusión a unos 400.000. Como bien se afirma no se trata de una escuela donde se pretenda que todos los allí presentes acaben siendo músicos, sino que se trata de un proyecto social con el objetivo principal de apartar a los niños de las calles y estimularles para así mostrarles diferentes caminos, e incluso ofrecerles otra narración de sí mismos, puesto que allí se apartan los problemas y no se centran en las problemáticas existentes, sino que el punto central es la disciplina del trabajo a través de la cultura y posibilitarles un lugar nuevo. En definitiva, cada individuo descubre su potencial para después desarrollarlo a través de la práctica en la comunidad.
El modelo educativo imperante está basado en el trabajo y en el esfuerzo, al igual que en la danza, es importante el sacrificio, el esfuerzo y el compromiso de todos sus miembros ya que pasan a ser de un conjunto de personas a ser una única unidad.
A modo de síntesis, el modelo entiende el Arte como una fuerza de paso para acceder a la sociedad.
Estas escuelas de música son instituciones públicas que posibilitan "el desarrollo de la ciudad como agencia educadora, lo que conlleva a la democratización cultural".
Respecto a esto cabe destacar que existe una relación estrecha con la Educación Social, ya que, lo que debemos hacer como educadores es mediar entre los contenidos y los sujetos para que se produzca así un encuentro donde el propio sujeto sea capaz de situarse en un lugar de la sociedad, dejando de lado la visión que se centra en las problemáticas y como decíamos anteriormente, descubrir el potencial que tiene cada sujeto. Puesto que como se afirma en la definición  de Educación Social, ésta es un:
“Derecho de la ciudadanía que se concreta en el reconocimiento de una profesión de carácter pedagógico, generadora de contextos educativos y acciones mediadoras y formativas, que son ámbito de competencia profesional del educador social, posibilitando: la incorporación del sujeto de la educación a la diversidad de las redes sociales, entendida como el desarrollo de la sociabilidad y la circulación social; la promoción cultural y social, entendida como apertura a nuevas posibilidades de la adquisición de bienes culturales, que amplíen las perspectivas educativas, laborales, de ocio y participación social” (ASEDES, 2007:12).

Encontramos también en relación a lo anterior, un sistema de proyectos artísticos-culturales entre los que se encuentra la Orquesta Ciudad Evita de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia. La Orquesta Ciudad Evita integra el Programa de Orquestas Infantiles y Juveniles de la Secretaría de Cultura de la Nación. 
Ciudad Evita se encuentra en el municipio de La Matanza al Oeste Buenos Aires. Esta orquesta, se inspira en la escuela venezolana de orquestas juveniles e infantiles, orientada a la integración social de niños y jóvenes, ambos teniendo como objetivo la inclusión. 

El testimonio recogido de un responsable del programa:
 “Este es un programa social, y no olvidemos que no es su responsabilidad la calidad artística general de sus músicos. Desde el programa concebimos a las orquestas infantiles y juveniles como proyecto esencialmente comunitario, es decir, este es un programa social para que a todo pibe que pase por estas orquestas le sirva para la vida, más allá de que sea músico o no”


http://www.unicef.org/argentina/spanish/ArteyCiudadaniaWeb.pdf

 También a modo de complementar esta reflexión sobre el documental, se expone esta noticia publicada en elPeriódico, en la que Pablo González repite la misma fórmula que siguió su maestro José Antonio Abreu,  con la coral Voces para la Integración y la Orquesta Sinfónica Infantil para la Integración. También lleva esto a cabo mediante la fundación de una orquesta infantil que integra a niños inmigrantes y locales a través de la música clásica en Barcelona. 
En palabras de Pablo González, "las orquestas nacieron con el propósito de salvar a niños de la calle, de crear a través de la música un escape imposible de conseguir con otros medios. Y dio resultado: los niños rendían, se sacrificaban y eran uno más, como los ricos o los de clase media", 

http://www.musicspauintegracio.entitatsbcn.net/files/3-75991-annex/una_orquesta_infantil_repit.pdf

Como se puede apreciar, hoy en día siguen en pie la Orquestas Infantiles y Juveniles siguiendo el ejemplo que en su día José Antonio Abreu inició, con el objetivo de utilizar la música como medio integrador.

Referencias bibliográfica
Nájera, Eusebio. (2008): Esbozos para una pedagogía urbana pertinente a los desarrollos educativos en las ciudades. En: Revista Polis, Vol.7, n.20. pp.73-86
Ruiz, Jesús. (2011): Entrevista a José Antonio Abreu. En: Periódico el País Semanal, pp.28-32
Documental "La Tierra de las mil Orquestas".


Indice tema 2


Tema 2: Cultura, Espacio Público y Ciudad, está compuesto de varios subtemas, los cuales los hemos agrupado en dos bloques.


  • Bloque I: Espacios institucionales y educación; Ciudad educativa y ciudad virtual.
  • Bloque II: Espacios de cultura en la ciudad. 

miércoles, 10 de abril de 2013

Ciudades Educadoras




Carta de Ciudades Educadoras
Las ciudades con representación en el I Congreso Internacional de Ciudades Educadoras, celebrado en Barcelona en 1990, recogieron en la Carta inicial los principios básicos para el impulso educativo de la ciudad. Partían del convencimiento de que el desarrollo de sus habitantes no puede dejarse al azar. La Carta fue revisada en el III Congreso Internacional (Bolonia, 1994) y en el VIII Congreso (Génova, 2004) para adaptar sus planteamientos a los nuevos retos y necesidades sociales.
La presente Carta se fundamenta en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948); en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966); en la Convención sobre los Derechos de la Infancia (1989); en la Declaración Mundial sobre Educación para Todos (1990), y en la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural (2001).
Preámbulo
Hoy más que nunca la ciudad, grande o pequeña, dispone de incontables posibilidades educadoras, pero también pueden incidir en ella fuerzas e inercias deseducadoras. De una forma u otra, la ciudad presenta elementos importantes para una formación integral: es un sistema complejo y a la vez un agente educativo permanente, plural y poliédrico, capaz de contrarrestar los factores deseducativos.
La ciudad educadora tiene personalidad propia, integrada en el país donde se ubica. Su identidad es, por tanto, interdependiente con la del territorio del que forma parte. Es, también, una ciudad que se relaciona con su entorno; otros núcleos urbanos de su territorio y ciudades de otros países. Su objetivo constante será aprender, intercambiar, compartir y, por lo tanto, enriquecer la vida de sus habitantes.
La ciudad educadora ha de ejercitar y desarrollar esta función paralelamente a las tradicionales (económica, social, política y de prestación de servicios), con la mira puesta en la formación, promoción y desarrollo de todos sus habitantes. Atenderá prioritariamente a los niños y jóvenes, pero con voluntad decidida de incorporación de personas de todas las edades a la formación a lo largo de la vida.
Las razones que justifican esta función son de orden social, económico y político; orientadas, sobre todo, a un proyecto cultural y formativo eficiente y convivencial. Estos son los grandes retos del siglo XXI: en primer lugar, "invertir" en la educación, en cada persona, de manera que ésta sea cada vez más capaz de expresar, afirmar y desarrollar su propio potencial humano, con su singularidad, creatividad y responsabilidad. En segundo lugar, promover condiciones de plena igualdad para que todos puedan sentirse respetados y ser respetuosos, capaces de diálogo. Y, en tercer lugar, conjugar todos los factores posibles para que pueda construirse, ciudad a ciudad, una verdadera sociedad del conocimiento sin exclusiones, para lo que hay que prever, entre otras necesidades, un acceso fácil de toda la población a las tecnologías de la información y de las comunicaciones que permiten su desarrollo.
Las ciudades educadoras, con sus instituciones educativas formales y sus intervenciones no formales (con intencionalidad educativa fuera de la educación reglada) e informales (no intencionales ni planificadas) colaborarán, bilateral o multilateralmente, para hacer realidad el intercambio de experiencias. Con espíritu de cooperación, apoyarán mutuamente los proyectos de estudio e inversión, bien en forma de cooperación directa, bien colaborando con organismos internacionales.
La humanidad no está viviendo sólo una etapa de cambios, sino un verdadero cambio de etapa. Las personas deben formarse para su adaptación crítica y participación activa en los retos y posibilidades que se abren con la globalización de los procesos económicos y sociales; para su intervención desde el mundo local en la complejidad mundial, y para mantener su autonomía ante una información desbordante y controlada desde centros de poder económico y político.
Por otra parte, el niño y el joven han dejado de ser protagonistas pasivos de la vida social y, por lo tanto, de la ciudad. La Convención de las Naciones Unidas del 20 de noviembre de 1989, que desarrolla y considera vinculantes los principios de la Declaración Universal de 1959, los ha convertido en ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho al otorgarles derechos civiles y políticos. Pueden, por tanto, asociarse y participar según su grado de madurez.
La protección del niño y del joven en la ciudad no consiste sólo en privilegiar su condición. Importa además hallar el lugar que en realidad les corresponde junto a unas personas adultas que posean como virtud ciudadana la satisfacción que debe presidir la convivencia entre generaciones. Niños y adultos aparecen, a principios del siglo XXI, necesitados por igual de una educación a lo largo de la vida, de una formación siempre renovada.
La ciudadanía global se va configurando sin que exista todavía un espacio global democrático, sin que muchos países hayan alcanzado una democracia efectiva y a la vez respetuosa con sus genuinos patrones sociales y culturales y sin que las democracias con mayor tradición puedan sentirse satisfechas con la calidad de sus sistemas. En tal contexto, las ciudades de todos los países deben actuar, desde su dimensión local, como plataformas de experimentación y consolidación de una ciudadanía democrática plena, promotoras de una convivencia pacífica mediante la formación en valores éticos y cívicos, el respeto a la pluralidad de las diversas formas posibles de gobierno y el estímulo de unos mecanismos representativos y participativos de calidad.
La diversidad es inherente a las ciudades actuales y se prevé un incremento aún mayor en el futuro. Por ello, uno de los retos de la ciudad educadora es promover el equilibrio y la armonía entre identidad y diversidad, teniendo en cuenta las aportaciones de las comunidades que la integran y el derecho de todos los que en ella conviven a sentirse reconocidos desde su propia identidad cultural.
Vivimos en un mundo de incertidumbre que privilegia la búsqueda de seguridad, que a menudo se expresa como negación del otro y desconfianza mutua. La ciudad educadora, consciente de ello, no busca soluciones unilaterales simples; acepta la contradicción y propone procesos de conocimiento, diálogo y participación como el camino idóneo para convivir en y con la incertidumbre.
Se afirma pues, el derecho a la ciudad educadora, que debe entenderse como una extensión efectiva del derecho fundamental a la educación. Debe producirse una verdadera fusión, en la etapa educativa formal y en la vida adulta, de los recursos y la potencia formativa de la ciudad con el desarrollo ordinario del sistema educativo, laboral y social.
El derecho a la ciudad educadora debe ser una garantía relevante de los principios de igualdad entre todas las personas, de justicia social y de equilibrio territorial.
Ello acentúa la responsabilidad de los gobiernos locales en el sentido de desarrollar todas las potencialidades educativas que alberga la ciudad, incorporando a su proyecto político los principios de la ciudad educadora. 
Principios
I.- EL DERECHO A LA CIUDAD EDUCADORA
1. Todos los habitantes de una ciudad tendrán el derecho a disfrutar, en condiciones de libertad e igualdad, de los medios y oportunidades de formación, entretenimiento y desarrollo personal que la misma ofrece. El derecho a la ciudad educadora se propone como una extensión del derecho fundamental de todas las personas a la educación. La ciudad educadora renueva permanentemente su compromiso con la formación de sus habitantes a lo largo de la vida en los más diversos aspectos. Y para que ello sea posible, deberá tener en cuenta todos los grupos, con sus necesidades particulares.
En la planificación y gobierno de la ciudad se tomarán las medidas necesarias encaminadas a suprimir los obstáculos de cualquier tipo, incluidas las barreras físicas, que impidan el ejercicio del derecho a la igualdad. Serán responsables de ello tanto la administración municipal como otras administraciones que incidan en la ciudad; y estarán también comprometidos en esta empresa los propios habitantes, tanto a nivel personal como a través de las distintas formas de asociación a las que pertenezcan. 
2. La ciudad promoverá la educación en la diversidad, para la comprensión, la cooperación solidaria internacional y la paz en el mundo. Una educación que combata cualquier forma de discriminación. Favorecerá la libertad de expresión, la diversidad cultural y el diálogo en condiciones de igualdad. Acogerá tanto las iniciativas de vanguardia como las de cultura popular, independientemente de su origen. Contribuirá a corregir las desigualdades que surjan en la promoción cultural producidas por criterios exclusivamente mercantiles.
3. Una ciudad educadora fomentará el diálogo entre generaciones, no sólo como fórmula de convivencia pacífica, sino como búsqueda de proyectos comunes y compartidos entre grupos de personas de edades distintas. Estos proyectos deberían orientarse a la realización de iniciativas y acciones cívicas cuyo valor consista precisamente en su carácter intergeneracional y en el aprovechamiento de las respectivas capacidades y valores propios de las distintas edades.
4. Las políticas municipales de carácter educativo se entenderán siempre referidas a un contexto más amplio inspirado en los principios de la justicia social, el civismo democrático, la calidad de vida y la promoción de sus habitantes. 
5. Las municipalidades ejercerán con eficacia las competencias que les correspondan en materia de educación. Sea cual fuere el alcance de estas competencias, deberán plantear una política educativa amplia, de carácter transversal e innovador, incluyendo en ella todas las modalidades de educación formal, no formal e informal y las diversas manifestaciones culturales, fuentes de información y vías de descubrimiento de la realidad que se produzcan en la ciudad.
El papel de la administración municipal es establecer las políticas locales que se revelen posibles y evaluar su eficacia; además de obtener los pronunciamientos legislativos oportunos de otras administraciones, estatales o regionales.
6. Con el fin de llevar a cabo una actuación adecuada, las personas responsables de la política municipal de una ciudad deberán tener información precisa sobre la situación y necesidades de sus habitantes. En este sentido realizarán estudios, que mantendrán actualizados y harán públicos, y establecerán canales permanentes abiertos a individuos y colectivos que permitan formular propuestas concretas y de política general. Asimismo, el municipio en el proceso de toma de decisiones en cualquiera de los ámbitos de su responsabilidad, tendrá en cuenta el impacto educativo y formativo de las mismas.
II.- EL COMPROMISO DE LA CIUDAD
7. La ciudad ha de saber encontrar, preservar y presentar su propia y compleja identidad. Ello la hará única y será la base para un diálogo fecundo en su interior y con otras ciudades. La valoración de sus costumbres y de sus orígenes ha de ser compatible con las formas de vida internacionales. De este modo podrá ofrecer una imagen atractiva sin desvirtuar su entorno natural y social. A su vez, promoverá el conocimiento, aprendizaje y uso de las lenguas presentes en la ciudad como elemento integrador y factor de cohesión entre las personas.

8. La transformación y el crecimiento de una ciudad deberán estar presididos por la armonía entre las nuevas necesidades y la perpetuación de construcciones y símbolos que constituyan claros referentes de su pasado y de su existencia. La planificación urbana deberá tener en cuenta el gran impacto del entorno urbano en el desarrollo de todos los individuos, en la integración de sus aspiraciones personales y sociales y deberá actuar contra la segregación de generaciones y de personas de diferentes culturas, las cuales tienen mucho que aprender unas de otras.

La ordenación del espacio físico urbano atenderá las necesidades de accesibilidad, encuentro, relación, juego y esparcimiento y un mayor acercamiento a la naturaleza. La ciudad educadora otorgará un cuidado especial a las necesidades de las personas con dependencia, en su planificación urbanística, de equipamientos y servicios, con el fin de garantizarles un entorno amable y respetuoso con las limitaciones que puedan presentar, sin que hayan de renunciar a la máxima autonomía posible.

9. La ciudad educadora fomentará la participación ciudadana desde una perspectiva crítica y corresponsable. Para ello, el gobierno local facilitará la información necesaria y promoverá, desde la transversalidad, orientaciones y actividades de formación en valores éticos y cívicos.
Estimulará, al mismo tiempo, la participación ciudadana en el proyecto colectivo a partir de las instituciones y organizaciones civiles y sociales, tomando en consideración las iniciativas privadas y otras formas de participación espontánea.

10. El gobierno municipal deberá dotar a la ciudad de los espacios, equipamientos y servicios públicos adecuados al desarrollo personal, social, moral y cultural de todos sus habitantes, con especial atención a la infancia y la juventud.
11. La ciudad deberá garantizar la calidad de vida de todos sus habitantes. Ello supone el equilibrio con el entorno natural, el derecho a un medio ambiente saludable, además del derecho a la vivienda, al trabajo, al esparcimiento y al transporte público, entre otros. A su vez, promoverá activamente la educación para la salud y la participación de todos sus habitantes en buenas prácticas de desarrollo sostenible.
12. El proyecto educativo explícito y el implícito en la estructura y el régimen de la ciudad, los valores que ésta fomente, la calidad de vida que ofrezca, las celebraciones que organice, las campañas o proyectos de cualquier tipo que prepare, serán objeto de reflexión y participación, con los instrumentos necesarios que ayuden a las personas a crecer personal y colectivamente.
III. AL SERVICIO INTEGRAL DE LAS PERSONAS
13. La municipalidad evaluará el impacto de aquellas propuestas culturales, recreativas, informativas, publicitarias o de otro tipo y de las realidades que niños y jóvenes reciben sin mediación alguna. Llegado el caso, emprenderá sin dirigismos acciones que den lugar a una explicación o a una interpretación razonables. Procurará que se establezca un equilibrio entre la necesidad de protección y la autonomía para el descubrimiento. Proporcionará, asimismo, ámbitos de formación y debate, incluyendo el intercambio entre ciudades, con el fin de que todos sus habitantes puedan asumir plenamente las novedades que éstas generan.

14. La ciudad procurará que las familias reciban la formación que les permita ayudar a sus hijos a crecer y a aprehender la ciudad, dentro del espíritu de respeto mutuo. En este mismo sentido desarrollará propuestas de formación para los educadores en general y para las personas (particulares o personal de servicios públicos) que en la ciudad cumplen, a menudo sin ser conscientes de ello, funciones educativas. Se ocupará, asimismo, de que los cuerpos de seguridad y de protección civil que dependen directamente del municipio actúen conforme a dichas propuestas.

15. La ciudad deberá ofrecer a sus habitantes la perspectiva de ocupar un puesto en la sociedad; les facilitará el asesoramiento necesario para su orientación personal y vocacional y posibilitará su participación en actividades sociales. En el terreno específico de la relación educación-trabajo es importante señalar la estrecha relación que deberá existir entre la planificación educativa y las necesidades del mercado de trabajo.
En este sentido, las ciudades definirán estrategias de formación que tengan en cuenta la demanda social y cooperarán con las organizaciones sindicales y empresariales en la creación de puestos de trabajo y en actividades formativas de carácter formal y no formal, a lo largo de la vida.
16. Las ciudades deberán ser conscientes de los mecanismos de exclusión y marginación que les afectan y de las modalidades que revisten, y desarrollarán las políticas de acción afirmativa necesarias. En especial, atenderán a las personas recién llegadas, inmigrantes o refugiados, que tienen derecho a sentir con libertad la ciudad como propia. Dedicarán esfuerzos a fomentar la cohesión social entre los barrios y sus habitantes de toda condición.
17. Las intervenciones encaminadas a resolver las desigualdades pueden adquirir formas múltiples, pero deberán partir de una visión global de la persona, configurada por los intereses de cada una de ellas y por el conjunto de derechos que atañen a todos. Cualquier intervención significativa ha de garantizar la coordinación entre las administraciones implicadas y sus servicios. Se fomentará también la cooperación de las administraciones con la sociedad civil libre y democráticamente organizada en instituciones del llamado tercer sector, organizaciones no gubernamentales y asociaciones análogas.
18. La ciudad estimulará el asociacionismo como forma de participación y corresponsabilidad cívica, a fin de canalizar actuaciones al servicio de la comunidad y obtener y difundir información, materiales e ideas para el desarrollo social, moral y cultural de las personas. A su vez, contribuirá en la formación para la participación en los procesos de toma de decisiones, de planificación y de gestión que la vida asociativa conlleva.
19. El municipio deberá garantizar información suficiente y comprensible e incentivar a sus habitantes a informarse. Considerando el valor que supone seleccionar, comprender y tratar el gran caudal de información actualmente disponible, la ciudad educadora facilitará recursos que estén al alcance de todos. El municipio identificará los colectivos que precisen de una atención singularizada, y pondrá a su disposición puntos especializados de información, orientación y acompañamiento.
A su vez, establecerá programas formativos en tecnologías de la información y las comunicaciones para todas las edades y grupos sociales con la finalidad de combatir nuevas formas de exclusión.
20. La ciudad educadora deberá ofrecer a todos sus habitantes, como objetivo crecientemente necesario para la comunidad, formación en valores y prácticas de ciudadanía democrática: el respeto, la tolerancia, la participación, la responsabilidad y el interés por lo público, por sus programas, sus bienes y sus servicios.

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Esta Carta expresa el compromiso de las ciudades que la suscriben con todos los valores y principios que en ella se han manifestado. Se define como abierta a su propia reforma y deberá ser ampliada con los aspectos que la rápida evolución social requiera en el futuro.

domingo, 7 de abril de 2013

Tejiendo Redes de Participación Social


Tejiendo Redes página de presentación


Esta iniciativa pretende realizar jornadas formativas que procuran ser una herramienta para motivar y formar para el desarrollo de capacidades de participación activa, emprendimiento y trabajo en red.

¿Qué es esto del encuentro de Tejiendo Redes de Participación Social?


Un espacio de encuentro entre personas vinculadas a procesos participativos desde cualquier ámbito: Colectivos y Movimientos Sociales, Cooperativas de Iniciativa Social, Entidades Sociales, Administración, Vecinos/as, etc.

¿Por qué surge este encuentro?

Por la necesidad de generar espacios entre personas y/o entidades sociales de distintos aspectos del crisol comunitario y social, que permitan reflexionar y proponer desde la metodología de la participación y del trabajo en red.

¿De quién es la Iniciativa?

Aunque exista un grupo motor encargado de dinamizar y coordinar, no sería posible este encuentro sin el apoyo y participación de muchas personas, entidades y colectivos sociales que se implican en su desarrollo.

¿Qué objetivos se proponen?

Compartir diferentes espacios de acción y trabajar para la participación, desde una lógica red y como de esta manera, conseguir una transformación del entorno o área en la cual se actúa.
Que los espacios para compartir tengan el formato de un FORO, porque sobrepasan los roles de formador/a-ponente y receptor/a-alumno/a, y todos/as actuan en las mismas condiciones.
Que se genere un aprendizaje cooperativo: Horizontalidad y Aprendizaje mutuo. Evitar la postura de “voy a que me den” y cambiarla por la de “voy a trabajar conjuntamente” por algo que me interesa. “Nos apropiamos del proceso, no soy visitante, soy protagonista del cambio”.
Que mediante un espacio conjunto entre todas las individualidades y colectivos sociales se puedan alimentar las posibilidades del encuentro como:
reflexionar más profundamente sobre la participación y el estado de las redes en los distintos ámbitos sociales, generar un aprendizaje más global y colectivo, visibilizar las sinergias entre las distintas experiencias, y generar redes de apoyo mutuo.

Y que así el espacio de encuentro genere un impacto a largo plazo: sostenibilidad.